Después de tres años en Irlanda, sí ya han pasado tres años desde que cogí ese avión y dije dentro de seis meses vuelvo. Pero la gente, el ambiente... me hizo quedarme por mas tiempo.
Llegue otra vez a España, me parecía diferente, un lugar extraño, pero a la vez conocido.
Había vivido casi toda mi vida y toda mi infancia en ese pueblo, sí ahí , no lo busques porque es tan pequeño que no sale en el mapa, pero para mi ocupa todo.
Recorrí todas las calles con mi amiga y hablábamos sobre todo lo que nos había pasado desde que nos separamos.
De repente nos quedamos un rato en silencio, pero yo lo rompí con una sonrisa.
Mi amiga se extraño:
- ¿Por qué te ríes?
- Porque en esa escalera, a los seis años me caí y me asusté un montón.
- Te acuerdas de todo
- De todos los momentos felices y también algunos tristes. La mayoría son con mis amigos y otros con mi familia. Otros momentos y ratos son de enfados y otros de desahogo.
Recorrimos todo el pueblo y poco a poco le iba explicando momentos que había pasado anteriormente en ese mismo lugar.
- Jajaja, ahí es donde me escondía cuando jugábamos al escondite y nunca me encontraban.
- Ahí fue donde me hice un montón de fotos, después de la boda de mi prima.
Mi amiga se extraño, me acordaba de todo.
-No hace falta tener una cámara a mano siempre - le dije yo - en el corazón se guardan los sentimientos, en la mente los momentos.
Ella me sonrió, tienes razón- me dijo.
Y continuamos nuestro recorrido, porque los mejores momentos dejan huella en nuestro corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario