Miradas, sonrisas, caricias...

Tu y yo solos.
En una calle desconocida.
A la luz de la luna.
Mientras pasaban los segundos, poco a poco nosotros nos íbamos acercando.
Y de repente empezó a llover y empezamos a huir de la lluvia y en nuestras caras había dibujada una gran sonrisa de felicidad.
Y nos paramos.
Nos volvimos a acercar lentamente.
Nos besamos. Tus labios rozaron los mios, mientras cerrábamos los ojos.
De repente me cogistes de la cintura y yo te agarre por detrás de la cabeza. Mientras llovía cada vez mas fuerte.


Y de repente sonó el despertador.
Me desperté.
Estaba tumbada, húmeda sobre la cama.
- ¿Y si no fue un sueño?, ¿Y si paso de verdad? - decía todo el rato mi cabeza, mientras mi corazón sonreía.


Me hecharon una bronca por estar a tu lado mas tiempo de lo permitido pero no pueden prohibir que nos miremos cada vez que nos cruzamos.




Y hoy todo se volvió a repetir.
Pero cambio un poco.


Me fui y sin querer, sin buscarte, el destino nos volvió a juntar.
Nos chocamos, nos miramos a los ojos y luego bajamos la mirada al suelo. Me cogiste de la mano derecha.
-No te soltare nunca - me dijiste en un susurro al oído, mientras yo me sonrojaba.


Nos separamos, lentamente, nuestras manos se deslizaban mientras poco a poco nos separábamos cada uno por un lado. Nos fuimos.
Pero antes de cambiar de calle y ya no vernos, nos volvimos al principio donde estábamos y nos besamos eternamente.
Mientras el sol se escondía en un precioso atardecer. Mientras el viento suave Movía lentamente algunas flores del suelo, que al poco rato me regalabas.


ASÍ FUE SIN HABLAR, DIJIMOS MUCHO MAS.